A finales de los años 60 un satélite de la CIA detectó la presencia de un extraño objeto que se desplazaba a toda velocidad sobre superficie del mar Caspio. En las aldeas del lugar, algunos pescadores kazajos decían haber visto una espantosa criatura que volaba sobre las aguas. El satélite mostraba una sombra de dimensiones descomunales, que se movía con enorme facilidad en todo tipo de superficies; tan pronto se encontraba sobre la costa como cruzaba el mar a una velocidad endiablada. Sin saber aún de qué se trataba, los americanos empezaron a hablar del “monstruo del Mar Caspio”.
Años después, los servicios de inteligencia descubrirían que se trataba de un gigantesco aerodeslizador diseñado por los científicos soviéticos. Un híbrido entre el avión y el barco con 92 metros de eslora, 36 de envergadura y un peso aproximado de 450 toneladas.El aparato había sido construido para aprovechar el denominado “efecto suelo”, el mismo que aprovechan las aves para planear sobre el agua. Se desplazaba a una altura indetectable para los radares a velocidades superiores a los 500 km/h.
También era capaz de desplazarse sobre tierra, en superficies relativamente planas. Le bastaba aumentar ligeramente la potencia de sus motores para elevarse unos 300 metros, sortear todos tipo de obstáculos y lanzar sus misiles contra el objetivo.El verdadero nombre de aquellos prototipos era el de "ekranoplanos", vehículos revolucionarios que combinaban las mejores cualidades de los hovercrafts y los aviones.
En los siguientes años los soviéticos diseñaron diferentes modelos que les permitirían desplazar a largas distancias a centenares de soldados y carros de combate en un tiempo récord.
Finalmente, fue la falta de medios y la caída de la Unión Soviética lo que abocó a estos dinosaurios a la desaparición.
Podéis ver a uno de estos aparatos actualmente posados en un muelle de un puerto del Mar Caspio.
El proyecto ha sido retomado por Boeing, el avión que están desarrollando puede ser el más grande que haya volado nunca, aunque no vaya a batir ningún record de altitud. Se llama Pelican y se desplazará a sólo seis metros de altura debido a que usa el efecto tierra para mantenerse en el aire.
Las especificaciones de este ground effect vehicle (GEV) indican que tendrá una envergadura de 150 metros y capacidad para transportar hasta 1.400 toneladas de carga. Para hacernos a la idea, el actual gigante de los cielos, el ruso Antonov An-225, tiene 88,4 metros de envergadura y una capacidad de carga de 250 toneladas.
Debido a que prácticamente roza la superficie durante el vuelo, está indicado para transporte transoceánico. En estas condiciones tiene una autonomía de hasta 10.000 millas náuticas.
El Pelican está diseñado para ser un GEV híbrido, pudiendo volar también a 20,000 pies. Pero la autonomía se reduce a 6.500 millas náuticas cuando no puede usar el efecto tierra.
También era capaz de desplazarse sobre tierra, en superficies relativamente planas. Le bastaba aumentar ligeramente la potencia de sus motores para elevarse unos 300 metros, sortear todos tipo de obstáculos y lanzar sus misiles contra el objetivo.El verdadero nombre de aquellos prototipos era el de "ekranoplanos", vehículos revolucionarios que combinaban las mejores cualidades de los hovercrafts y los aviones.
En los siguientes años los soviéticos diseñaron diferentes modelos que les permitirían desplazar a largas distancias a centenares de soldados y carros de combate en un tiempo récord.
Finalmente, fue la falta de medios y la caída de la Unión Soviética lo que abocó a estos dinosaurios a la desaparición.
Podéis ver a uno de estos aparatos actualmente posados en un muelle de un puerto del Mar Caspio.
El proyecto ha sido retomado por Boeing, el avión que están desarrollando puede ser el más grande que haya volado nunca, aunque no vaya a batir ningún record de altitud. Se llama Pelican y se desplazará a sólo seis metros de altura debido a que usa el efecto tierra para mantenerse en el aire.
Las especificaciones de este ground effect vehicle (GEV) indican que tendrá una envergadura de 150 metros y capacidad para transportar hasta 1.400 toneladas de carga. Para hacernos a la idea, el actual gigante de los cielos, el ruso Antonov An-225, tiene 88,4 metros de envergadura y una capacidad de carga de 250 toneladas.
Debido a que prácticamente roza la superficie durante el vuelo, está indicado para transporte transoceánico. En estas condiciones tiene una autonomía de hasta 10.000 millas náuticas.
El Pelican está diseñado para ser un GEV híbrido, pudiendo volar también a 20,000 pies. Pero la autonomía se reduce a 6.500 millas náuticas cuando no puede usar el efecto tierra.
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